Y no lo puedo evitar... ahora no puedo vivir sin chocolate, sin azúcar, sin ese empalago en la boca que me hace sonreir más que si me hubiera tomado cuatro pintas o hubiera fumado hierba.
Pero a parte de eso, me he dado cuenta de que me gustan las personas que derrochan dulzura, que nada más mirarles despiertan ternura, confianza, la sensación satisfactoria de acabar de saborear un bollo relleno de crema o chocolate fundido. No es que esta gente abunde, no me habré cruzado con más de un par este último mes y han sido encuentros breves, pero para desgracia mía, mi adicción ha aumentado. Ahora tengo mono, necesito metadona y me pregunto... ¿por qué si el chocolate no es una droga dura?
Sunday, March 25, 2007
Adicta al dulce
Publicado por bittersweet los 9:17 AM
Subscribe to:
Post Comments (Atom)
No comments:
Post a Comment