PRIMAVERA EN DUBLIN: January 2008

El reloj nunca se detiene, marca su compás a un ritmo que a veces nos parece exasperantemente lento y otras veloz, fugaz, apenas dejándonos tiempo para pestañear.
Invierno en Madrid, un invierno gris y luminoso, ahí radica la complejidad de mi ciudad.
Dublín es gris y azul, gris y verde... húmedo, fértil y encantado. Madrid también es gris, pero su luz te ciega, te seca la garganta, te pierde, te desespera. De Madrid al cielo, dicen, y el cielo poco a poco te asfixia, paradojas del espacio, la soga de la amplitud. El gris de Dublín es un gris de edificios antiguos, de calles empedradas y cielos de plomo. El de Madrid, exhala contaminación y autopistas entrelazadas que lejos de llevarte a casa te acercan a realidades paralelas, te evades de una ciudad que se come cada vez más rápido tu tiempo, tu alma, tus sueños, como Saturno haría, devorando sin conciencia. Poco a poco la globalización extermina el espíritu de los rincones del planeta con encanto, cada día, Madrid pierde un trozo de alma, y cada día hay más ciudades que se asemejan en esa deshumanización creciente. Hay un punto intermedio, un punto en el que el burgo ha crecido lo suficiente para ofrecer mil atractivos a sus habitantes y no ha llegado al extremo de perder su personalidad, su ser más intrínseco. Me pasaría la vida haciendo la maleta y recorriendo ciudades que están en su punto, su adolescencia, su momento álgido.
La última ciudad fue Dublín, mi Dublín, que permanece aún imberbe en mi memoria, sin Starbucks, Spire, Luas, restaurantes chinos por doquier, euros,... (al menos no tantos euros)
Y mi última pequeña guiness, en el Anseo, siguiendo el ritmo marcado por un bolero. Tanto si fue un homenaje premeditado, como una simple casualidad del destino, acabé despidiéndome de Irlanda con acordes de origen español, o ella me dijo adiós de la mejor manera que pudo hacerlo, llegado el momento.
Ahora que ando por Madrid como un zombie, con el cuerpo y la mente completamente descoordinados y los ojos perdidos en el vacío, me pregunto si hasta aquí llegó mi affair con Irlanda o si siguen poniendo boleros en el Anseo ahora que yo ya no estoy... Puede que algún día vuelva a encontrar una ciudad adolescente en otro rincón del planeta más escondido y quizás mi nueva ciudad me reciba con un bolero, que esta vez, bailaré contigo.

Empezaba este blog con una selección de freakies que conocimos al principio de la aventura; ahora que se acerca el final, llega el turno de hacer una clasificación de los mejores momentos. Es fácil identificar los días negros, los que piden una copa de vino y un cigarro a gritos, pero a veces, no valoramos todas las cosas que dan sabor a un momento y es lo que ahora me propongo hacer con esta lista, si es que 10 son suficientes, que lo dudo:

1.- KINLAY HOSTEL: Sin duda, mis mejores días. Luci y yo pensábamos que sería un tormento compartir habitación con 4 desconocidos por un tiempo indefinido y no tener oportunidad de deshacer la maleta... Pero descubrimos que lo bueno que la incertidumbre te da, esa sensación de libertad, de despreocupación, el buen ambiente de un hostel, el espíritu del viajero, las tostadas con mermelada de fresa y el té caliente para empezar el día... todo eso no se repite y en seguida te das cuentas de que lo vas a echar de menos

2.- MOMENTOS WINDMILL: Y es que a pesar de vivir con Froggy y encarar los momentos de soledad y decepción más duros que me ha traído Dublín este año, siempre recordaré las cosas buenas que descubrí en Windmill Lane, la sensación de amplitud y el olor a mar que hay en los docks, mis amigos los gatos mágicos que me protegían de las mentiras, las fiestas con vino tinto y música española cuando Froggy se iba de vacaciones o salia de marcha, el sonido del carrito de los helados... fueron menos de 4 meses pero no sé por qué parecen más

3.- ÚLTIMOS MESES EN MOJOS: Al principio me parecía aburrido ir todos los miércoles al mismo bar, pero los últimos meses, las tardes en Mojos fueron mi oasis y las esperaba toda la semana con impaciencia. La tradición que instauró Octavio, siguió María y queda ahora en manos de Toni, es uno de mis puntos clave en este Dublín de 2007 y las caras amigables provenientes de todos los rincones de Europa y las pintas baratas quedarán para siempre en mi memoria. ¡¡Gracias por mis miércoles favoritos, amigos!!

4.- ESPERANZA EN EL DESCONSUELO: Llegar en febrero, estar de okupa y empezar completamente sin nada fue bastante traumático, pero creo que Lucía estará de acuerdo conmigo en que los primeros días también tienen que estar en el top ten por momentos como los que ahora enumero: Risas que provocaron cafeteras derretidas, arañas gigantes, conversaciones de medianoche que escuchamos sin querer, calderas encendidas a hurtadillas, móviles escondidos en el calcetín para evitar altercados con knackers de 13 años,turcos sudorosos que adoran hablar de religión y no llegan a entender la cultura occidental, relaciones extrañas con los primeros cara moradas... y nuestra dieta consistente en arroz blanco, parmesano robado, mushrooms, hula hops y cerveza bass, la mejor y más barata.

5.- EL MAR: Cualquier escapada a Bray, Dun Laoghaire, Howth... Cuando los días eran aún largos, salir de Dublín ciudad y acercarte al mar te llenaba de vida y daba un sentido a los tediosos domingos.

6.- CASTLEPALOOZA: Lo que más le tenemos que agradecer a Álex. No fue en Dublín, pero es de este periodo. La aventura del festival en el que cayó el diluvio universal fue genial y pese a que ahora Terri nos odie (sobre todo a mí) por desertar, sin duda alguna, mereció la pena.

7.- EL TARGET DE VERANO: Mi jefe es muy buena gente. En verano nos llevó al Spanish Point en County Clare por haber alcanzado el target. Allí cumplí dos de mis sueños pendientes en Irlanda, montar a caballo y bañarme en el mar. Me tocó el caballo más cabrón y me pasé dos horas con la piel de las manos en carne viva, pero era un día de finales de verano muy soleado, los paisajes eran impresionantes y el guía, muy simpático. Y luego, un baño en el mar, en Septiembre, en Irlanda, quién lo diría con lo friolera que soy, fue absolutamente increíble.

8.- GIGS: Todos y cada uno de los conciertos a los que hemos ido (Gracias a Luci por su buen gusto musical y su habilidad para elegir actuaciones buenas) Desde el primero, aunque me complicara la vida, hasta el de ayer de Eoin Dillon, pasando por Iron and Wine, Herman Dune, Idlewild, Manu Chao... y otros tantos que no recuerdo. Esta es una de las cosas que más voy a echar de menos, la verdad. A ver que compañero/a musical me busco en Madrid...

9.- PERSONAJES DE DUBLÍN: Aunque nunca les llegué a añadir a las selección, ¿cómo podría olvidarlos? Nombraré sólo a tres:
El viejecito de las barbas, ese que es un vagabundo, pero que a pesar de no tener hogar, tiene una dignidad enorme, siempre va limpio y bien peinado y camina muy erguido. Hace meses nos proponía matrimonio a Lucía y a mí en el LIDL y desde entonces, nos lo hemos cruzado por las calles con regularidad, pero curiosamente, parece no reconocernos si vamos separadas porque generalmente sólo nos saluda si nos ve juntas. Otro es el travesti de las pelucas rubias... Debe ser un personaje mítico en la escena gay irlandesa. Suele ir borracho y tiene alma de diva, la gente se ríe de él, pero su objetivo sigue siendo acaparar todas las miradas y no se cansa de posar ante las cámaras fotográficas para su audiencia. Y por supuesto, el tercero es nuestro landlord, que además es nuestro amigo, pero es que es todo un personaje, con su perfecto acento que te recuerda al de un profesor de inglés, en realidad es un chapucillas con cierto parecido al Inspector Gadget, con una personalidad amable y alegre, pero también provisto de una dualidad desconcertante. Nos ha animado con sus mensajes bromistas y las largas charlas que nos daba cada vez que venía a arreglar algo.

10.- LA IRLANDA ESCONDIDA: Siempre he dicho que los paisajes más impresionantes de Irlanda son los del Norte (aunque el viaje al Spanish Point en Septiembre me hace dudar de esta afirmación) Cuando vino Antonio a visitarme fuimos a Irlanda del Norte, haciendo parada en Belfast y Derry (Derry fue muy interesante: Una cena agradable y un hostel con encanto -The Independent- Lo recomiendo en caso de que alguien se anime a ir allá, en todo caso, es una buena alternativa a Belfast para explorar). Pero no quería hablar de esto ahora, en realidad, al empezar nuestro viaje no nos alejamos mucho de Dublín, yendo hacia county Meath, descubrimos lugares mágicos que no son tan turísticos pero que sin duda alguna, merece la pena visitar, como Newgrange y sus tumbas celtas y sobre todo la colina de Tara, allí la energía es tan fuerte, que se puede sentir en el aire. Todos los que tengan espíritu de brujos o de pitonisas deberían acercarse y sobre todo, aquellos que amen la cultura celta.

Lo suponía, he acabado mi Top Ten y se me han quedado muchísimas cosas en el tintero, como la alegría que me dieron los que vinieron a verme y con los que tuve la oportunidad de redescubrir Dublín y compartir mis rincones favoritos, el apoyo de Evita en mi mayo negro, el curso de foto y nuestros viajes fotográficos disfrazadas de siniestras o sin disfrazar, la fiesta de Navidad del trabajo, el festival de Dun Laoghaire en Septiembre...
Y desde aquí, un abrazo muy fuerte de despedida a Luci, porque es con quién he compartido mi última aventura en Irlanda, y la más larga y sin ella, no hubiera sido igual. Pues eso, que como compis de piso nos ha ido muy bien, aunque mi último mes hayamos discutido un poco por la tensión (nunca es fácil marcharse de lugares que amas y volver a construir tu vida, aunque sea en sitios que ya conoces y con gente que quieres y te quiere) pero como amiga, no tiene precio y ha sido un apoyo muy grande en los momentos difíciles y una compañera de juerga insuperable, tanto en el pub como en las fiestas caseras y sobre todo ha tenido mucha paciencia en mis momentos de bajón, que han sido varios, para que negarlo. ¡¡Gracias friend!!! ¡¡Y muchos ánimos para continuar la aventura!! Piensa que estás rodeada de muy buena gente (Eva, Manuel, Alesh, Toni, Marco, Colm, el landlord...) que nuestros local pubs siguen estando ahí (Whelan´s, Anseo, Bernard Shaw...) Y que aunque sea imposible que tu nueva compi sea tan maja como yo (ejem, ejem, ya sabes que soy un poco creída) parece muy buena gente y seguro que acabaís siendo muy buenas amigas.
Y yo, pues como Irlanda fue mi primer amor, y me enamoré de ella antes de aterrizar por primera vez en sus verdes tierras, hace ya 6 años, cuando vi el mar batirse contra las rocas desde la ventana del avión y los rayos de sol filtrándose entre las nubes, pues volveré de vez en cuando, para visitaos a las dos y a todo lo que dejo en Irlanda y nunca olvidaré.
Esto de despedirse siempre es cursi e incómodo y además, no me gustan los posts largos, así que este es el final de mi post de despedida, aunque aún no tengo decidido si será el último o no.

Besitos

Julia