Samaín

Vuelvo a mi antiguo blog celta el día de Samaín.
Este es el día que has elegido para marcharte y yo he tardado horas en darme cuenta de tu astucia. Y ahora recuerdo la cara de pícaro que ponías cuando éramos pequeñas y hacíamos alguna travesura y me imagino que estarás poniendo ese mismo gesto.
Has elegido este día para no irte, porque eres un viejo druida sabio y sabes que esta fecha las puertas entre los dos mundos permanecen abiertas, por eso no te marchas del todo. Quizás estuvieras aguardando, tal vez lo confesaras en tus delirios de morfina y fuimos tan estúpidos que no supimos leer tus palabras.
Si intentara hacer un obituario y enumerar cada una de tus virtudes estoy segura de que me dejaría muchas en el tintero y me sentiría estúpida.
Sé que en las horas que nos esperan, todo el mundo va a insistir en recordar qué gran persona ha perdido el mundo y todas las cosas que tienen que agradecerte. Sé que me van a hacer llorar recordándome tu marcha. Pero, no, no quiero estar triste, ni voy a estarlo, porque tú has elegido este día para volver a ser tú mismo sin dejarnos del todo. Porque allí donde te has ido, sin irte completamente, vuelves a sonreír, y a ver el mundo en todo su esplendor, y puedes disfrutar del mar y la brisa y de todas las cosas buenas de las que fuiste privado en los últimos tiempos.
Lo que más he echado de menos ha sido poder hablar contigo estos meses y que ya no hicieras sonar la radio a todas horas.
Pero te vas hoy, para no irte y teñirlo todo de un romanticismo celta hermoso. Y lo único que puedo decirte es que te quiero y que eres insustituible.
Ojalá pudiese haberte escrito algo mejor.