Hay una mujer y un hombre vestidos de negro enfrentando sus espaldas. Cada uno empuña en la mano un arma cargada. Es una noche de luna luminosa y ambos comienzan a contar sus pasos en sentidos inversos... Uno, dos, tres, cuatro, diez... El hombre se vuelve y dispara. La mujer continua caminando... Dos disparos, tres, cuatro... La mujer continua caminado. Cinco, seis, siete, ocho... La mujer continua caminando... Hasta que el hombre desaparece en la espesura de la noche. El traidor, el cobarde, se pierde, por fin... y la mujer continua caminando, sola, con su arma cargada aún, sin odio, sin rencor, sin mirar jamás atrás, sin pararse a comprobar si sus heridas sangran, porque ya da igual, es una noche de duelo y el duelo no es por el hombre que una vez creyó amar sino por aquel que de verás amó. Volvió al invierno por aquello que importaba, no por batirse en duelo y ahora la mujer lo sabe y continua caminando, sola otra vez, pero continua caminando, sangrando aún, pero sin dejar de caminar...
Thursday, April 29, 2010
Thursday, January 14, 2010
Dibujos
Aprendí a dibujar sentada en tus rodillas.
La memoria debería fallarme. No tiene sentido que recuerde cómo cada animal que yo era capaz de nombrar, tú lo plasmabas sobre el papel y yo asombrada, quería imitarte, quería aprender. Puede que fuera entonces cuando empecé a agarrar mal el lapicero y nunca jamás me quité aquel mal hábito.
Hoy ella me dijo que encontró una carpeta en un cajón de tu escritorio donde guardabas mis garabatos de la infancia. Se conmovió, me entristecí.
Horas más tarde, me enfurezco, por razones desconocidas, o tal vez porque sin ser consciente de ello, no dejo de extrañarte y como no hay manera de hacerte regresar, odio al mundo sin remedio.
Y es entonces, cuando soy absurda, injusta e insoportable, cuando me doy cuenta que la única persona que me entendía, en los momentos en que ni yo misma lo hacía, eras tú. Podía ser una caprichosa enloquecida, pero siempre escuchabas mis argumentos y calmabas mi incomprensión.
Y aunque no fueras perfecto, conmigo lo fuiste.
Siempre temí el momento en que marcharas, y ahora ya no estás. Dije que eras insustituible y es aterradoramente cierto.
¿Es egoísta que me duela más el amor que me falta sin ti que el que yo ya no puedo darte? Me decías tantas veces que me querías cuando pensabas que te ibas a marchar... Y yo no quería aceptar que te ibas, no quería aceptar que me faltaras algún día.
Quiero mirar al cielo y ver en las estrellas una constelación con la forma del caracol que tanta risa me daba cuando tenía dos años y te pedía que lo dibujaras.
Publicado por
bittersweet
los
2:57 PM
0
comentarios
we R
el mar

mis fotos

lipstick

en el castle
acampada
Lucy y Jan, nuestro chico favorito

con Jan y Mónica

Luci y Anke

leaving Windmill behind

light kills dark creatures

passing by

dancing toast

the perfect bride

Esto es Irlanda...

froggy... dónde están los rolling?

Eva y Melina

dan las pastis la felicidad??

csi criminal

con Melina
